martes, 10 de junio de 2008

CAPÍTULO 2- EL NACIMIENTO DE "OS DOUS DE SEMPRE" O COMO DECIDÍ DEDICARME A HACER CINE

En el curso 94/95, yo estaba totalmente perdido, rodeado de cuatrocientos compañeros de clase que componíamos el turno de la tarde en la facultad de derecho. En aquella época iba muchísimo al cine Valle-inclán, donde solía coincidir con un compañero de clase de mi hermano pequeño en La Salle, Pablito Iglesias. Una soporífera tarde, tras dos horas de derecho romano, decidí que tenía que dar un vuelco a mi vida y me encontré con Pablito. Sin saber muy bien con qué, decidimos que ibamos a rodar un corto. Como no había tiempo que perder, al día siguiente escribimos en una cafetería un guión titulado "Hay que joderse" ; y salimos de esa cafetería tan exultantes que no se nos ocurrió nada mejor que ir a todos los periódicos de Santiago a ofrecer (no conceder) entrevistas, anunciando a bombo y platillo que íbamos a rodar un cortometraje. Lo extraño es que a los sorprendidos periodistas les debimos de hacer tanta gracia que sacaron la noticia con foto en todos los periódicos de la ciudad, y al día siguiente, ya con el bajón de realidad que viene después de todo subidón de irrealidad, nos vimos con la carga moral de llevar a buen fin lo que habíamos dicho con nuestras bocazas tras nuestro delirio de grandeza, porque todo el mundo se nos acercaba con expresiones de admiración: ¡Qué pasada!¿Así que vais a rodar un corto?



Coseguimos un fotógrafo que tenía una cámara con la que grababa bodas, bautizos y comuniones y eso, junto a un travelling de fabricación casera que nos hizo un "ferreiro" por mediación del padre de Pablo, fue todo nuestro equipo de rodaje. Así que empezamos a buscar actores por los bares bohemios de la zona vieja de Santiago. Irrumpíamos en el "Atlántico" y le dábamos la chapa al primer actor que se cruzaba en nuestro camino, a menudo de forma tan insistente, que acabaron por llamarnos "Os dous de sempre" (Los dos de siempre). Finalmente, el único actor que nos hizo caso tras nuestras desesperadas incursiones fue un tal Luis Tosar, que por aquel entonces aún lucía pelo, pero ya era tan buena persona como buen actor.



Con nuestro descarada ingenuidad, vendimos acciones de la película (a 1000 pesetas) a todos nuestros familiares y amigos y conseguimos un dinero para el rodaje, y nos fuimos al ayuntamiento a por un permiso para rodar...cuando le preguntamos al guardia de la puerta por los permisos de rodaje, nos sorprendió la eficiencia en sus claras indicaciones, pero cuando llegamos al lugar vimos un cartel bien grande que decía: "Permisos de rodaje para automóviles", conseguir los permisos de rodaje para cine nos costó un poco más, aunque al final lo conseguimos. Y de este modo, en diciembre de 1994 "Os dous de sempre" rodaron su primer corto.



El montaje, lo tuvimos que hacer en una empresa de postproducción de A Coruña. Todos los días tomábamos un autobús que nos llevaba hasta Estudio 99, el problema es que ya no teníamos dinero...y cuando nos dijeron el precio de la hora de estudio (no teníamos ni idea de que fuese tan caro) nos quedamos blancos; ya llevábamos varios días montando...e inmaduramente, decidimos seguir adelante. Estuvimos sufriendo con la presión durante las casi dos semanas que duró la postproducción, hasta que llegó el último día y totalmente compungidos, le propusimos al hombre que fuese nuestro productor...le debimos de dar tanta pena a Enrique, que así se llamaba, que aceptó casi descojonándose de risa. Estrenamos, como no podía ser de otra manera, el 24 de Febrero de 1995 en el cine Valleinclán...y llenamos una sala de 500 localidades.

No hay comentarios: